Mi nombre es Ángel, tengo casi 10 meses de edad y soy el blogger que gestiona este sitio..

A continuación voy a presentaros mi mundo, mis progresos, mis aventuras, mis pequeñas gamberradas y todo aquello que rodea mi día a día.

Ya voy a la guardería, y gracias a las didácticas de estimulación temprana a la que me somenten mis papis y maestras ya soy capaz de llevar todo esto yo solito.

Espero que os guste, que disfrutéis mucho con mis aventuras y que día a día entre todos aprendamos muchas cosas y lo pasemos muy bien.

Besitos a todos y Bienvenidos

jueves, 4 de octubre de 2012

Salto al maravilloso mundo de la palabra hablada (2)


Es a los 25 meses de edad cuando he pegado el gran salto. Mi lenguaje se dispara. Comienzo a decir frases de dos o tres palabras, pero poco a poco, día a día, semana a semana, casi sin darnos cuenta, mis papis se sorprenden al oírme decir ¡¡auténticas oraciones!! ¿¿Pero cuándo se ha producido el salto??
Soy un poco "vaguete" para articular correctamente. Mi lengüita no se mueve con mucha soltura y, aunque hay sonidos que digo bien de forma aislada, dentro de las palabras los omito o los asimilo a otros (por ejemplo, digo ma mamoma en lugar de la paloma). Ahora los mayores comienzan a entenderme mejor, pero antes mi lenguaje estaba diseñado solo para los experimentados oídos de mamá, papá y Sergio.
Ahora, con 29 y 30 meses de edad, ya digo cosas tan complejas como... "Ángel a dormir mucho y mucho y a conducir un poco el coche azul y el coche blanco y a ver coches muchos, motos y ruedas, ruedas y ruedas". No es perfecto pero es un gran paso, ¿¿verdad??
En el cole las profes dicen que ya hablo mucho (antes solía callarme durante las asambleas) y, desde luego, mis padres han podido comprobar cuánto parloteo ya cuando vamos a casa de los abuelos o de los primos.
Ahora, con 30 meses, lo que mejor sé decir es "no, mamá"...

Salto al maravilloso mundo de la palabra hablada (1)

Cuando aún dormía en la cuna (si recordáis, comencé a dormir en la camita con 10 meses de edad), despertaba por las mañanas hablando por los codos. Mamamamama Papapapapa Dadadadada. Era una forma divertida e interesante de jugar con el lenguaje, los sonidos y mi boquita. Poco después se convertiría además en una forma de expresar mis deseos, aunque aún una forma bastante incompleta. A pesar de comenzar a parlotear incluso antes que mi elocuente primo, mi lenguaje expresivo era bastante reducido, como habéis podido comprobar en anteriores entradas. Y es que realmente a veces no me apetece hablar. ¿Por qué los adultos se empeñan en que les contemos cosas siempre y respondamos a sus constantes preguntas? ¿Acaso a ellos les apetece siempre? Suelo ser bastante reservado, pero no demasiado tímido. Observo y analizo, lo debo de haber heredado de mi papá. Cuando me siento seguro, entonces intervengo.
A partir del año y medio he comenzado a combinar sonidos para hablar, aunque no necesariamente son inteligibles (ebe es huevo, bebe es babero y bebé, aoa es ahora, nene es mono y jamón, nené lo utilizo para referirme a mi hermano Sergio, popa es pompa y aún hay algunas excepciones como pa para referirme a gamba, increíble, ¿verdad?).
En la siguiente entrega os cuento más...

Vuelta al cole

La última vez que escribí en el blog tenía apenas 22 meses de edad. Ya he crecido bastante, en todos los sentidos, cosa por cierto inevitable para papá y mamá...
Hace un par de días cumplí dos años y medio. Con tan solo tres meses más de edad, mi mamá ya iba al cole de los mayores, ventajas de haber nacido a final de año, pero yo, que vi la luz en el mes de abril, debo estar aún un añito más en el cole de los pequeños. Ya llevo un mes en la guarde y me lo paso pipa. Mis profes son las mejores, aunque echaré de menos a Lourdes, quien el curso pasado estaba más tiempo conmigo y a quien los recortes económicos se han llevado por delante.
Este año ya tengo un libro de texto y una mascota muy divertida: el gusanito Papú, que me ayudará a aprender muchas cosas nuevas. Miguel, mi primo, sigue conmigo en clase (y sigue hablando por los codos) y ahora también viene al cole Teo, su hermanito y mi primín, a quien de vez en cuando me acerco para darle un besito.
Algún día incluso me mandarán tareas para hacer en casa con papá y mamá. Estoy muy ilusionado, porque me gusta crecer y aprender cosas nuevas. Espero enseñaros fotos y daros buenas nuevas dentro de poco.

jueves, 30 de agosto de 2012

Cocinando con mamá

Hoy mamá me ha preguntado qué quería ser de mayor. Obviamente, la pregunta me quedaba grande, por no hablar de las posibles respuestas. Uno a uno, me ha ido numerando muy diferentes oficios. A todos ellos he respondido NO, salvo al de pintar. Claro que pintar puede referirse a pintor de brocha fina, de brocha gorda, interiorista, arquitecto, diseñador, blablabla.
De momento, mami ha preferido "instruirme" en el funcional mundo de la brocha de la cocina. Cuando mamá se coloca el delantal para cocinar  rápidamente yo voy a coger mi taburete para alcanzar la mesa, pido mi estiloso gorro de cocinero y digo: "mamá, a ayudar".
Mi primera receta ha sido un sabroso bizcocho de yogur, que más adelante repetiría con trocitos de manzanas de nuestro propio manzano. Ninguno de los dos los comería después, no me van mucho los dulces, pero ¡me lo pasé pipa! Entre cucharada y cucharada de yogur que debía meter en el cazo, una o dos caían dentro de mi estómago. Mmmmm... ¡Té tito etá el bubú! O sea, ¡qué rico está el yogur!
Días después, dado mi rápido aprendizaje, nos introdujimos en un mundo más complicado: ¡¡las patatas a la importancia!! Las patatas se ponen blanquitas, luego se bañan en el huevo de las gallinas (¡que quede claro!) y al final mamá las fríe en el aceite. ¡Cuidado, que quema!
Este es solo el comienzo de mi recetario, pronto acabaré mis clases de pinche y me convertiré en un auténtico chef.



martes, 7 de agosto de 2012

Bye bye, pañal!

Siempre os cuento cositas acerca de cómo mi lenguaje evoluciona, supongo que la influencia de mi mami, logopeda y filóloga, debe de notarse...
Hoy voy a hablaros de otro tema, no por más escatológico menos interesante...
Que por mayo era por mayo
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
que mis papis idearon,
quitarme de pronto el pañal,
y aunque lo uso de noche,
por el día ya ¡ni hablar!
Y así, de forma tan poética...ejem...comienza el camino hacia una nueva habilidad en mi desarrollo personal: el control de esfínteres.
Aunque el "poema" habla de mayo, más bien fue éste el mes en que mis padres comenzaron a considerar la idea de quitarme el pañal de forma definitiva, entre otros motivos, por un pequeño eccema que no terminaba de curarse. Sería el lunes 1 de julio, si no recuerdo mal, cuando definitivamente lo harían. Ya terminaba el curso escolar y era más sencillo para las profes y para nosotros.
El camino inicial fue fácil, pues mis pañales ya llevaban tiempo aburriéndose en mi culete, ¡siempre tan secos...! Más difícil fue para mis papis, que tenían que aprender a ayudarme a hacer pis de pie junto a algún árbol, por no hablar de lo otro... (por fortuna, soy muy regular y previsible en este sentido). Pronto aprendí que la piscina es un lugar prohibido y lo divertido (y difícil) que es mojar las piedrecitas del campo...
Hace un par de días que hemos vuelto de Vera, Almería, a donde no pude llevarme mi orinal; como "la necesidad es la madre de la invención", tuve que ingeniármelas para aprender a sujetarme con firmeza sobre el retrete y mantenerme con equilibrios sobre él durante el tiempo necesario... Esto me ha ayudado, eso sí, a abandonar a mi querido orinal verde y sustituirlo por el flamante retrete que utilizan los mayores. ¡¡Mis profes van a alucinar cuando se lo cuente!!

domingo, 29 de enero de 2012

2ª parte del diccionario

Cada vez se hace más complicado para mis papás y familiares comprender lo que digo y es que, efectivamente, he comenzado a utilizar mucho más la palabra hablada como sustituta del gesto y del tan socorrido "mmmm". Pero mi lenguaje expresivo es tan reducido y polisémico, que con una palabra puedo estar pidiendo una galleta, como pedir ir lavarme las manos... Menos mal que el contexto ayuda, el gesto no lo olvido y mis papás me conocen muy bien...
Ahora, casi siempre pido las cosas con palabras. Pero mis palabras son peculiares. Aún son monosilábicas o con una única sílaba reduplicada, de modo que mi lenguaje expresivo puede reducirse, básicamente, a lo siguiente (junto con lo que pudistéis leer en la 1ª entrega del diccionario):
- ta: para aquellas palabras que acaban en ta y, fundamentalmente, es la palabra comodín para todo aquello que no sé cómo se llama...
- te: para aquellas palabras generalmente masculinas o que acaban en to o te(dientes,...).
- na: adivina... sí, para las palabras finalizadas en na, ña (pañal,...)
- ne: para las que acaban en no, o en on... (hermano, mano, camión,...).
- ni: dormir.
- ma: palabras que acaban en ma (cama,...).
- pa: palabras que acaban en pa (pupa, pan,...).
- be: palabras con el sonido /b/, como babero (bebe).
- bu: palabras con la u (azul, Jesús,...).
Hoy he sorprendido a mamá con una nueva sílaba.. TI... Para referirme a una galleta con nata que se me antojó para cenar mojadita en la leche... Mami se dio cuenta después de repetir ti insistentemente mientras lo señalaba desde la distancia y tras enseñarme, una a una, todas las cosas que había en el cajón y que suelo tomar con la leche (galletas redondas, galletas de animales, pan,...).
Esto es todo hasta el momento, aunque esto no acaba más que empezar... Dentro de unas semanas pretendo parlotear por los codos y decir una montón de palabras. He hecho un trato con mi primo, yo le enseño a hacer puzzles (se me dan de maravilla!!!) y él me enseña a hablar (con solo 21 meses, habla casi prefectamente!!!).
Dentro de poco tendréis más noticias mías...
P.D.: ¡¡hablo poco, pero dibujo y hago puzzles como ninguno!! ;-)