Mi nombre es Ángel, tengo casi 10 meses de edad y soy el blogger que gestiona este sitio..

A continuación voy a presentaros mi mundo, mis progresos, mis aventuras, mis pequeñas gamberradas y todo aquello que rodea mi día a día.

Ya voy a la guardería, y gracias a las didácticas de estimulación temprana a la que me somenten mis papis y maestras ya soy capaz de llevar todo esto yo solito.

Espero que os guste, que disfrutéis mucho con mis aventuras y que día a día entre todos aprendamos muchas cosas y lo pasemos muy bien.

Besitos a todos y Bienvenidos

lunes, 21 de octubre de 2013

LA SEÑORA LENGUA

Jueves, 12 de septiembre de 2013
Hace tiempo que mis papis se dieron cuenta de que mi lengüita no se movía como la de mi primo Miguel o la de otros niños con los que nos encontrábamos. Tenía frenillo lingual. Nunca nos lo dijo un médico, y es que mi escasa movilidad de la lengua nunca me dificultó la lactancia, ni me impidió aprender a masticar, ni siquiera a hablar. Es cierto que mi primo, por ejemplo, hablaba primorosamente, y aún lo hace, en cuanto a la articulación de las palabras se refiere, pero como aún tengo tres años, me queda todavía tiempo para aprender y no le damos más importancia de la que suponemos que tiene.
El caso es que papá y mamá se han decidido a operarme. Ya empiezo en el cole nuevo y no quiero tener problemas para hablar bien y en público. Soy un poco tímido y, una dificultad añadida, me lo pondría aún un poco más difícil.

Como os decía al principio, jueves 12 de septiembre de 2013. Edad: 3 años, 5 meses y 8 días. Ha llegado el gran día. Tras un análisis de sangre que demostró mi valentía, una visita a la anestesista y un par de ellas al cirujano, por fin llegó el esperado y temido momento.
Pasé el día entero en ayunas, como me mandaron. Fuimos en coche al hospital y... ¡qué gran aventura! Tenía una cama con ruedas que subía y bajaba , me levantaba los pies o la cabeza,... Y con ella me metieron en un ascensor enorme. ¡¡¡Enorme había de ser para que cupiera una cama!!!
Una vez en la planta de arriba me empezaron a entrar los nervios. Algo me decía que iba a suceder algo que no me iba a gustar mucho: separarme de papá y mamá y quedarme con un montón de gente extraña en una habitación llena de aparatos.
"Me hago pis", mascullé nada más llegar. Poco había de hacerme cuando no metía un trago de agua en el estómago desde las 8 de la mañana y eran más de las 5 de la tarde. Puros nervios.
Papi y mami trataron de entretenerme un buen rato hasta que la anestesista me llamó. "¿Ángel?". Ahí estaba yo, echo un flan, esperando lo más pacientemente que podía. "¿Está malito?" "No", contestó mamá. "¿Tiene mocos?", antes de que mamá pudiera contestar no, yo me adelanté y dije: "Mamá, tengo mocos", ya sabíamos que si estaba pachucho y con mucha mucosidad, tendrían que cambiar la fecha de operación... Pero no resultó.
Finalmente, la anestesista me metió en brazos en esa extraña habitación y, con los ojos enlagrimados, me resigné... Lo que sucedió allí dentro no lo recuerdo. Sé que dormí una corta pero placentera siesta y, al cabo de un ratito, desperté en el ascensor de nuevo camino a mi habitación.
Apenas habían pasado 5 minutos, que a mis padres se les hizo eternos. Mi felicidad fue grandiosa cuando volví a ver a papá y mamá, ¡¡por fin!! Aunque creo que más alegría sintieron ellos, que no paraban de contemplarme. Yo no era capaz de decirles nada. Solo tosía y tosía, se me escapaba alguna lagrimilla y mi "nueva" lengua aún parecía querer seguir durmiendo.
Dos horas más estuve en la habitación esperando a que el doctor me diera el alta. En tanto, leí unos cuentos muy bonitos con mamá y papá, puse pegatinas, coloreé,... ¡¡¡Me lo estaba pasando pipa en ese hospital!!! Al rato, llegaron mis abuelos de Palencia con un par de regalitos, mi tía Heli con un cuento mágico,... Y en casa me esperaban mis otros abuelos, que también se morían de ganas por verme.
Yo no sabía qué significaba eso de operarme, pero si llego a saber que iba a ser tan divertido, ¡¡lo hago antes!! Ahora, el doctor me ha mandado jugar con la señora lengua, así que por delante empieza un nuevo reto, hacer ejercicio con mi señora lengua, tal y como papá hace casi a diario con su cuerpo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario